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Don Manuel Alvarez Bravo(mexico 1902 - 2002)Con Don Manuel se inicia la busqueda de la mexicaneidad. La eterna busqueda de 'lo latinoamericano'. Persiguiendo 'instantes de revelacion' y haciendo un rescate de la gente comun.
Cuando empezó a fotografiar en los años veintes y treintas, su capacidad innata fue reconocida por artistas como Edward Weston, la misma Modotti o Henri Cartier-Bresson. En 1938 el propio Breton posa sus surrealistas ojos en él. La poesia de las fotografias de Alvarez Bravo trascienden la mexicaneidad hasta hacerlo universal. Si bien su obra esta plagada de momentos surrealistas, en exico se le considero una especie de fundador del 'nuevo realismo' apartandose del pictorialismo de sus antecesores y dandole un fuerte posicionamiento a las personas comunes de mexico, nombrando a sus fotografias con decidores y muchas veces ironicos titulos.
En los años 40 y 50 su fotografía se vuelve cada vez más personal, compaginándola en esta época con sus trabajos cinematográficos, transformandose en un fotógrafo más intelectual que social, proponiendo metáforas visuales que llegan a convertirse en parábolas o fábulas de gran capacidad narrativa. Por todo esto a Don Manuel se le considera como el fotógrafo más influyente de la plástica mexicana del siglo XX, un hombre que huyó de los tópicos visuales. La elección de escenarios reales, de motivos indígenas o de objetos inanimados, ni fue casual, ni fue causada por un afán de mostrar el lado más típico de la cultura mexicana. Era la propia mirada de Bravo la que conservaba la inocencia india que siempre ha estado en el sustrato de la idiosincrasia mexicana. Mexico por un mexicano, sin el requerimiento de esa mirada europizante sobre la otredad mexicana. Milagros González llegó a definirle de este modo: “(...) vive para retratar la real irrealidad de lo cotidiano, para hurgar en esa línea limítrofe inconsciente que existe entre la realidad moderna y la magia indígena. (...) Su lente, más que captar el sentido de una época, captó una cultura en toda su inmensa e inconcebible dimensión.”
Cuando empezó a fotografiar en los años veintes y treintas, su capacidad innata fue reconocida por artistas como Edward Weston, la misma Modotti o Henri Cartier-Bresson. En 1938 el propio Breton posa sus surrealistas ojos en él. La poesia de las fotografias de Alvarez Bravo trascienden la mexicaneidad hasta hacerlo universal. Si bien su obra esta plagada de momentos surrealistas, en exico se le considero una especie de fundador del 'nuevo realismo' apartandose del pictorialismo de sus antecesores y dandole un fuerte posicionamiento a las personas comunes de mexico, nombrando a sus fotografias con decidores y muchas veces ironicos titulos.
En los años 40 y 50 su fotografía se vuelve cada vez más personal, compaginándola en esta época con sus trabajos cinematográficos, transformandose en un fotógrafo más intelectual que social, proponiendo metáforas visuales que llegan a convertirse en parábolas o fábulas de gran capacidad narrativa. Por todo esto a Don Manuel se le considera como el fotógrafo más influyente de la plástica mexicana del siglo XX, un hombre que huyó de los tópicos visuales. La elección de escenarios reales, de motivos indígenas o de objetos inanimados, ni fue casual, ni fue causada por un afán de mostrar el lado más típico de la cultura mexicana. Era la propia mirada de Bravo la que conservaba la inocencia india que siempre ha estado en el sustrato de la idiosincrasia mexicana. Mexico por un mexicano, sin el requerimiento de esa mirada europizante sobre la otredad mexicana. Milagros González llegó a definirle de este modo: “(...) vive para retratar la real irrealidad de lo cotidiano, para hurgar en esa línea limítrofe inconsciente que existe entre la realidad moderna y la magia indígena. (...) Su lente, más que captar el sentido de una época, captó una cultura en toda su inmensa e inconcebible dimensión.”
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